Hablaré de las lecturas urgentes de cotidiano,
de las palabras que se despegan sin calendarios ni relojes,de los pasos que me acompañan a llevar las maderas para el fuego,
la dulce cocada de la tarde mientras el viento de la bajada hacia la mar, despeina nuestras sonrisas. No esperamos, ya nos esperan las arenas, la sal, las olas... por ahora el inicio de lo que fueron las segundas lecturas urgentes, en ese empezar gracias a Marly Anzualdo Castro y a los tibios poemas de Mónica Patricia Ossa Grain, Fernando Cely Herrán y Juan Carlos Céspedes Acosta que van en mi bolso.